Estamos muy contentos de aparecer en el número de Autumn 2016 de la prestigiosa revista HALI, la publicación más destacada del panorama de las alfombras a nivel internacional.
Texto de Farzin Sebastian Ghandchi.
La historia de Turkestan
El local de Rambla Catalunya 78, en 1932.
En un país con “poca cultura de alfombras”, la idea de exponer alfombras en formato de galería de arte, con eventos regulares y respaldado con marketing multimedia representa una novedad. Para la apertura de la nueva Galería de Turkestan en Barcelona, Sebastian Ghandchi habló con Juan Sastre sobre el negocio familiar y el relanzamiento de esta firma histórica de la Ciudad Condal.
El principal rasgo diferencial de Turkestan es su habilidad para estar siempre “a la moda”. Desde sus modestos inicios como importadores de objetos ‘orientalistas’ de China y Japón, la compañía ha sido dirigida por sucesivas generaciones de la familia Sastre desde los primeros años del siglo pasado. El negocio entonces se amplió para incluir alfombras españolas y, desde 1932, el padre y el abuelo de Juan Sastre estrenaron su propia fábrica de alfombras anudadas a mano. “Fue el momento en que forjamos nuestra reputación como firma innovadora, sobre todo gracias a un departamento de diseño muy activo”, dice Juan, un hombre con una enorme experiencia en el sector y de grandes habilidades sociales. En cierto momento se dejaron de lado las importaciones de China y Japón y, ya como Alfombras Turkestan SA, la empresa familiar se concentró únicamente en alfombras tejidas a mano y moquetas, y empezó a introducir alfombras orientales al mercado barcelonés. “Estábamos en la vanguardia del boom de las alfombras anudadas a mano de los 50 y los 60”, explica Juan. “Las piezas antiguas las empezamos a adquirir en los años 60 y 70, cuando yo personalmente viajaba por el Este. Entonces llegaron las alfombras ‘Afghan Gold’ de la OCM (Oriental Carpet Manufacturer), a principios de los años 70, y las alfombras del Tíbet, a través de Bryan Huffner, a finales de los 80. Las Gabbeh de Zollanvari tomaron el relevo en los años 90; se trata de una relación profesional muy dinámica que continúa al alza en la actualidad. Desde los años 2000 se introdujeron los kilims patchwork turcos y las alfombras afganas Pashtun. Y hoy en día tenemos nuestro nuevo proyecto de presentar las alfombras como piezas de arte”.
La sección de acabados de la fábrica de alfombras de Turkestan, en los años 50.
Preguntado sobre otras compañías con una trayectoria tan dilatada, Juan describe un panorama de tiempos difíciles y grandes descuentos: “Aquí hay poca cultura de alfombras. Tiendas como la de Juan Rica Basagoiti y Bermondsey en Madrid no existen en Barcelona. Muchos de los negocios antiguos han cerrado y solamente quedan diversas tiendas de alfombras modernas. La gente todavía sigue enrollando sus alfombras en primavera y verano con el pretexto de que dan calor”.
El interior de la nueva galería, recientemente inaugurada en el Eixample Dret
“Ya que existe un interés en las Gabbehs y los patchworks, nos hemos concentrado en los de mayor calidad, pero nuestro gusto es bastante ecléctico. Presentamos cosas que nuestro público no haya visto antes: es una combinación de estilos y piezas antiguas, tribales y modernas, todo ello siguiendo el gusto español por los colores cálidos (los azules y los verdes aquí no tienen éxito). Sin embargo, por encima de todo, presentamos calidad.”
Más tarde, hablando sobre alfombras antiguas, la respuesta no sorprende. “Nunca nos hemos concentrado realmente en ellas debido a que la demanda es muy pequeña, tan solo unos 10 o 15 ‘coleccionistas’ se han interesado por ellas en los últimos años. La gente compra antigüedades en los anticuarios, en distribuidores internacionales o en subastas en el extranjero”. Hay bastante tendencia a considerar las alfombras como artículos caros, y las alfombras ibéricas tampoco despiertan demasiado interés. “Nuestros clientes normalmente nos piden un estilo de alfombra, más que una tipología”. No obstante, la galería tiene una selección de alfombras antiguas. “Estas piezas forman nuestra colección privada, que fue adquirida a principios de los años 60, y son nuestro pequeño lujo’, continúa Juan. ‘Existen dos colecciones: una a la venta y otra no”.
Brais Rey, encargado de la galería, y Juan Sastre, director de Turkestan.
También hablamos sobre los lugares más interesantes a nivel de alfombras y tejidos en la península, y Juan Sastre recomienda los recientes tours de HALI, pero en Cataluña recomienda la visita al Museu del Tèxtil de Barcelona (Terrassa), las alfombras en la Pedrera (que son reproducciones realizadas por Turkestan y basadas en los originales, que se conservan en el museo de Reus), y el Tapíz Románico de la Creación, un bordado del siglo XI que se conserva en el museo de la Catedral de Girona.
La página web de Turkestan muestra que el “nuevo proyecto” está centrado en alfombras tribales contemporáneas de Irán, de una clara estética minimalista. “Siempre hemos ido siguiendo las tendencias del mercado, por lo que tuvimos alfombras tribales en los años 80 y 90. Ahora estamos liderando un estilo moderno que encaja muy bien con las actuales tendencias dentro del interiorismo”, dice Juan. “Brais, el encargado de nuestra galería es también estilista y mi hijo Javier, la cuarta generación en el negocio familiar, es diseñador gráfico. Ellos han desarrollado el nuevo look de la galería, así como la nueva identidad corporativa, la comunicación multimedia y nuestra actividad en las redes sociales”.
Alfombra de rezo Kum Kapi. Estambul, Turquía, circa 1910. 1 millón de nudos por metro cuadrado. Seda con bordados metálicos. Colección de Turkestan.
Traducción: equipo de Turkestan. Texto original en este enlace