Juan Sastre es el propietario de la galería de alfombras Turkestan situada en el centro de Barcelona, a pocos pasos de la famosa calle comercial de Rambla de Catalunya. Dirige su tienda conjuntamente con Brais y con su hijo, Javier. En Turkestan se han especializado en alfombras orientales nómadas de alta calidad. En 2018, Turkestan ganó el premio Carpet XL Star en la categoría de “Remodelación Ejemplar”: para maximizar su showroom de 200 m2, han inventado un nuevo concepto de tienda que combina un espacio expositivo flexible con un sistema de almacenamiento digitalizado.

¿Cómo te iniciaste en el mundo de las alfombras?
En mi caso soy la tercera generación de un negocio familiar que empezó mi abuelo en 1913. Desde pequeño he oído todo tipo de historias increíbles sobre Oriente y sus alfombras.

¿Qué te parece más interesante en este sector?
Empecé a viajar con mis padres en 1974 y mi fascinación por este mundo no ha hecho más que crecer: todos aquellos viajes, las historias sobre alfombras y, obviamente, la gente que las rodea, tanto los artesanos como los comerciantes. En esta industria estás constantemente aprendiendo y descubriendo cosas nuevas. Es un mundo donde cuanto más aprendes, más te queda por aprender.

¿Qué cambios esperas ver en el mundo de la alfombra?
A mí me parece especialmente interesante todo lo que tiene que ver con la investigación en diseños y técnicas – siempre que la calidad se mantenga. En mi opinión, la recuperación de diseños y técnicas antiguos es una fuente prácticamente infinita de nuevas ideas.

¿Tienes una alfombra favorita?
Es difícil de decir, pero mi familia de alfombras favorita es la de alfombras tribales. Las alfombras nómadas tienen un carácter muy potente gracias a su proceso de anudado espontáneo y gracias a las raíces culturales que se heredan después de siglos de tradición. En cambio, las alfombras realizadas en talleres de pequeñas poblaciones o en los estudios de las ciudades, con un control milimétrico sobre la producción, carecen de ese espíritu propio. Para mí, las Gabbehs finas actuales representan un buen ejemplo de una familia de alfombras tribales.