Miratges

Los diseños de los kilims que conforman esta colección no se asociaban con ninguna región concreta de Irán hasta hace apenas 15 años. Durante mucho tiempo aparecían piezas aisladas en bazares remotos de las más dispares provincias iraníes. En las décadas de 1970 y 1980 se identificaron muchas familias de kilims, pero no la que nos ocupa. Su origen real no fue determinado hasta que, a finales de los años 90, un grupo de expertos en tejidos dio inesperadamente con la cuna del fenómeno: Mazandaran.

Mazandaran es una región rica al norte de la capital, Teherán. Se encuentra relativamente aislada del resto de Irán por las montañas de Elburz y está compuesta por un entorno claramente distinto al del resto del país: bosques frondosos y praderas fértiles. Es una zona, además, abierta al mar Caspio y que históricamente ha estado más relacionada con culturas también costeras, como la georgiana o la armenia, y posee una lengua e identidad propias. Su territorio se estructura a partir de pequeñas aldeas alrededor de grandes ciudades como Amol, Sari o Behshahr.

Las franjas verticales u horizontales son el rasgo común de todos los kilims Banneh, Noor y Kiasar. El brusco ritmo visual que conforman las bandas y sus suturas intermedias manifiesta abiertamente el proceso de creación de cada una de las piezas. Además, los colores presentes corresponden con los de los cambiantes paisajes de la región de Mazandaran.

Así es como surge el concepto de yuxtaponer los kilims de la colección «Miratges» con fotografías de la región de Mazandaran fraccionadas y unidas de forma abstracta en lo concreto pero armónica en lo global. Los paisajes escogidos corresponden a las montañas de Elburz, el mar Caspio, los campos de viñas, las zonas desérticas o los núcleos urbanos.