Turkestan presenta una colección sobre los orígenes de las alfombras y los kilims desde la perspectiva de sus dibujos y de sus tejidos. Los motivos simples o los nudos rústicos no reducen el valor de estas piezas; al contrario, refuerzan su potencial estético y nos acercan a las culturas que las han creado. Os invitamos a realizar este breve recorrido desde la sencillez técnica de los Tülü hasta la simplicidad plástica de las Gabbeh.
Las alfombras Gabbeh, Zigorat y Kashkuli son un claro ejemplo del tipo de composición que realizan las tribus nómadas iraníes. Dichas culturas plasman en sus alfombras su entorno geográfico y su imaginario cultural empleando colores primarios y formas básicas: rombos, romboides, cuadrados o figuras esquematizadas de animales.
Las alfombras turcas Tülü son, muy probablemente, las piezas más parecidas a las primeras alfombras que se confeccionaron. Son anudadas con nudos gruesos y rústicos y con lanas sin hilar. Desde hace milenios, los nómadas las utilizaban como prendas ligeras de transportar con las que se protegían del frío durante las noches.
Los Caprino son kilims de confección sencilla que las tribus nómadas iraníes utilizan como cubierta de sus haimas (tiendas). Se tejen con tramas y urdimbres de pelo de cabra, una fibra muy resistente e impermeable, y posteriormente les añaden algunos elementos decorativos con lana de oveja.
Los Banneh son kilims tejidos por las mujeres de la región del Mazandaran para uso doméstico. Son confeccionados en telares muy estrechos y, después, las diferentes franjas se unen según las necesidades que se requieran. Las composiciones suelen contar con bandas de colores planos que se alternan, alcanzando una gran belleza estética a través de este minimalismo.
